Colditz: OFLAG IV C. (7ª parte) : Pat Reid y el tunel de la cantina ( II ) - Hei, Welcome To Yulia Espana Blog, In this page, I Will inform you about Colditz: OFLAG IV C. (7ª parte) : Pat Reid y el tunel de la cantina ( II ) , I hope you can enjoy reading this
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Viene de aquí:
Al comprobar que faltaban 5 internos britanicos, se decretó una alerta general. Se ordenó a los prisioneros formar en el patio, donde se llevó acabo un nuevo recuento, mientras los guardias registraban todos los rincones del castillo.
El proceso se repitió durante la noche, una y otra vez. A las 2 de la mañana,uno de los 2 oficiales que se encontraba de vigilancia en la cantina pudo salir de su escondrijo y comunicarse con los tres excavadores.Apenas tuvieron tiempo de habllr, ya que los guardias se dirigían directamente a la cantina.
Los 5 hombres se metieron en el túnel a toda velocidad. Los guardias revisaron la cantina e intentaron levantar la tapa de la alcantarilla, sin conseguirlo, ya que los excavadores sujetaban la tapa desde abajo.Finalmente,creyendo que todo estaba bien en la cantina, los guardias fueron a registrar otras estancias,mientras los excavadores decidían permanecer en el interior del túnel de la cantina hasta las 5 de la mañana.
A las 6 de la mañana, tras una búsqueda exhaustiva por todo el recinto del castillo, los alemanes declararon como oficialmente “fugados” a los 5 oficiales britanicos.Se envío un requerimiento oficial al OKW (Oberkommando Der Wehrmacht) informando de la situación y solicitando la colaboración de las unidades militares para poner en marcha las operaciones de búsqueda de los prisioneros presuntamente fugados.
Tras ser declarados los 5 oficiales britanicos como oficialmente "fugados”, la situación en el castillo volvió a la normalidad, ya no hubo más registros, momento que aprovecharon los “fugados” para volver silenciosamente a sus habitaciones,cerrando puertas y escotillas y colocando de nuevo los candados en sus respectivos lugares.
Seguro que la reacción de los alemanes a la mañana siguiente,cuando al hacer el recuento descubrieroon que estaban todos los prisioneros, incluso los presuntamente fugados, no fue muy agradable para los prisioneros.Los cinco fueron separados del grupo principal y enviados al sector alemán del castillo para ser interrogados, aunque se negaron a revelar donde habían estado.
El comandante del campo se enfadó, ya que tuvo que enviar otro mensaje al OKW para que retirara todas las medidas que se tomaban en caso de fuga de prisioneros) y castigó a los 5 británicos a 7 días de stubenarrest,confinamiento en solitario, debido a “estar ausentes de sus cuartos e intentar hacer un túnel desde la iglesia" (ya que en el registro se habían encontrado en la iglesia algunas herramientas y el principio de otro túnel).
A la izquierda,las celdas de confinamiento en solitario.
Pero, con el túnel de la cantina aun sin descubrir,el intento de fuga aun podía ser posible,aunque el fallido intento de dos oficiales franceses de escapar saliendo por la ventana de la cantina ( al igual que los polacos unos días antes ) puso sobre aviso a los alemanes ,que colocaron un centinela permanente en una ruta que duraba apenas un minuto y pasaba directamente bajo la ventana de la cantina, a apenas de dos metros de distancia del lugar en que estaba previsto colocar la salida del túnel.
Justo cuando el proyecto del túnel desde la cantina parecía un proyecto inviable, una afortunada casualidad trajo de nuevo la esperanza a los internos britanicos.Un prisionero civil britanico, Howard Gee, entabló una cierta “amistad con un guardia alemán, que se comprometió a mirar para otro lado durante 10 minutos en una noche determinada tras recibir una señal preestablecida. Howard Gee hablaba alemán a la perfeccion, y había sobornado al guardia alemán anteriormente para contrabandear provisiones desde el exterior.
Esta vez, el guardia elevo el precio del soborno : 500 reichmark,100 por adelantado y los restantes 400 debían dejarlos los prisioneros en un lugar prefijado ( una ventana ) una hora después que hubieran pasado los diez minutos y los prisioneros hubieran escapado.
500 marcos eran una parte importante del "banco" con el que contaban los prisioneros, que había ido prosperando gracias a los billetes escondidos en los paquetes de la Cruz Roja y lo que los prisioneros habían escamoteado en sus caminos de llegada al castillo, ya fuera gracias al contrabando, al robo de pequeñas cantidades, etc.
El periplo de Howard Gee hasta llegar a Colditz era un tanto curioso. No pertenecía al ejercito britanico, pero cuando la URSS invadió Finlandia se presentó voluntario para formar parte de un contingente "extraoficial" de britanicos que marcharon a luchar contra la invasión rusa. Llevaban rifles Lee Enfield del ejercito británico y botas y uniforme del ejercito britanico, pero oficialmente no eran una unidad militar.
Nunca llegaron a disparar ni un solo disparo, ya que cuando llegaron a Finlandia, rusos y finlandeses acababan de firmar el armsiticio.El contingente de británicos pro-finlandeses inició el viaje de vuelta a Gran Bretaña, pero cuando llegaron a Oslo y esperaban tomar pasaje en un barco, los alemanes tomaron Noruega rápidamente.Gee y sus camaradas fueron arrestados y comenzaron una ruta por varios Stalag, hasta que Howard Gee fue enviado a Colditz por sus repetidos (y fallidos) intentos de fuga.
Internos de Colditz en el invierno de 1940-41: Howard Gee es el segundo por la izq.
El día 29 de mayo fue el elegido por los prisioneros para intentar la fuga, tras el recuento de la tarde, a las 9 pm.Tras el recuento, el primer grupo de 12 internos se puso sus uniformes adaptados a ropa civil y tomó sus pertenencias (provisiones de los paquetes de la Cruz Roja, rústicos mapas, algo de dinero, brújulas, etc y se dirigió a la cantina.
Allí esperaron durante una hora, hasta que llego el momento que había sido pactado con el sobornado guardia alemán .Pat Reid abrió la tapa de alcantarilla en la cantina y se introdujo en el túnel. Tras unos pocos minutos arraastrandose, llego al final del túnel.Solo tuvo que excavar unos pocos centímetros, en vertical, y salió al aire libre. Estaba ayudando a salir del túnel a otro de los fugados, cuando sintió el frio acero en su nuca. Un oficial alemán le estaba apuntando con una pistola.
El centinela alemán había informado a sus superiores del intento de soborno.Se le ordenó continuar con la farsa, para que fuera informando del desarrollo del tunel mientras los alemanes hacían sus preparativos. Su intención era capturar el mayor número posible de prisioneros en el intento de fuga, y descubrir como tenían tal cantidad de dinero.
Los alemanes sabían donde acababa el túnel (en la zona de hierba), pero no sabian donde empezaba.Asi, fueron los alemanes quienes decidieron al fecha de fuga,el 29 de amyo, dos días antes de Pentecostés, una festividad religiosa. No querían apresurarse, pero tampoco querían dilatar el tiempo de espera para no hacer sospechar a los britanicos.
Tras el recuento de las 9, todos los oficiales alemanes y guardias fuera de servicio habían permanecido en el edifico de la Comandancia,donde desde una de las ventanas se tenía visión perfecta de la zona de hierba por donde debían salir los fugados. Cuando vieron aparecer la primera cabeza,corrieron hacia la salida del túnel y la cantina, para atrapar a todos los prisioneros.
Doce oficiales (10 británicos y dos polacos ) fueron atrapados en el tunel, y desde allí fueron directamente a confinamiento solitario durante una semana.
Fue el primer gran éxito de los alemanes en Colditz, y obtuvieron un buen botín: dinero, uniformes convertidos en ropa civil y mas de 50 kilos de provisiones de la Cruz Roja, sobre todo chocolate y galletas, que fueron confiscados. y pasaron a formar parte del almacen de la cantina de los alemanes.
Provisiones requisadas en el intento de fuga.
El guardia sobornado pudo quedarse con los 100 reichmarks de anticipo, además de recibir un permiso especial y la Cruz del Servicio de Guerra.
La seguridad se ajustó a partir de entocnes, con los centinelas recorriendo sus rutas en intervalos irregulares. Se instalaron más reflectores, y se tapiaron decenas de ventanas.
Esta vez, Alemania había ganado, pero el juego iba a continuar.
La cantina alemana en Colditz.