Thursday, May 24, 2018

Sertorio, rebelde con causa ( 8ª parte) ; Iberia-Hispania.(III)

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 Viene de aquí:


  Durante dos siglos, los romanos utilizaron en Hispania el adagio militar Divide et Impera, divide  y vencerás.El proconsul  Catón fue uno  de los mejores en utilizarlo en su provecho, usando las atávicas rivalidades entre las diferentes tribus hispanas.


  Catón podía aliarse con los suesetanos del centro de Aragón (Ejea de los Caballeros, aprox.) y ayudarlos a terminar con la amenaza de sus vecinos lacetanos  del este, en lo que hoy  es la comarca del Bagés (zona de Manresa, aprox.).

 Suesetanos y lacetanos.


  Una vez que la coalición romano-suesetana  terminó con la amenaza lacetana, con sus principales ciudades saqueadas y los hombres,mujeres y niños esclavizados, el procónsul Catón informo a los suesetanos que a partir de entonces estaban bajo la protección de la Republica de  Roma, y por esa razón, ya no iban a necesitar las armas, y tampoco los muros que defendían sus ciudades.Asi, tenían que entregar las armas y derruir los muros.


  Como era normal, los suesetanos se negaron a ceder su independencia y se rebelaron. Pero, debilitados tras la guerra contra los lacetanos, apenas pudieron resistir a los soldados de Roma, y los suesetanos pasaron entonces  a sufrir la misma suerte de sus antiguos enemigos, los lacetanos.


  Para la mayoría de las tribus y pueblos de Hispania, los romanos no eran más que otra tribu, y la idea de terminar con su interminable guerra civil y unirse para combatir al invasor solo se le ocurrió a líderes excepcionales (Viriato, Sertorio, etc) que consiguieron unir a las tribus en un más o menos prolongado lapso de tiempo.

 Viriato,terror romanorum.


  La excepción a la regla de las tribus guerreras e indomables de la península ibérica era la tribu de los turdetanos, en el sur. Los generales romanos debían empeñarse fuertemente en provocarlos, ya que no estaban acostumbrados a la guerra,que perjudicaba sus intereses mercantiles y comerciales, y contrataban mercenarios celtiberos para defenderlos.


  Tras la vuelta de Catón a  Roma, Los siguientes gobernadores romanos en ambas provincias hispánicas volvieron a su costumbre de buscar algún enemigo fácilmente abatible para derrotarlo con facilidad y conseguir fama militar momentánea, por que nunca hubo una estrategia de conquista de Hispania planeada con antelacion, Las tropas romanas se movían de un lado a otro, de una punta de la península  a la contraria, volviendo a  combatir en lugares y zonas que supuestamente habían sido “pacificadas” décadas atrás.


 Y ese tipo de guerra  no concedía gloriosas victorias y grandes botines, y algunos generales romanos a quienes el senado ordeno marchar a Hispania (Publio Craso o Escipion Maluginense, por ejemplo) optaron por no marchar, y buscaron excusas  de salud o religiosas para permanecer en Roma.


  A mediados del siglo II a.c., parece que las tribus de la península iberica se dieron cuenta de la inutilidad de enfrentarse a las legiones romanas en campo abierto, y cambiaron sus tácticas.


  En vez de las batallas a cara de perro en busca de botín y gloria, los romanos comenzaron a  enfrentarse a la guerra de guerrillas, que a menudo se confundía con simple bandidaje.


  Tras el breve y fértil  periodo del gobernador Sempronio Graco, que gobernó Hispania Citerior entre el año 180 y 178 a.c., los siguientes gobernadores romanos volvieron al latrocinio y los abusos (por ejemplo, los gobernadores persuadieron al senado romano para que permitiera  a los gobernadores fijar el valor de las granjas, a las que aplicaban los impuestos. Una granja más valiosa aportaba más impuestos a la hacienda romana, y también al bolsillo del corrupto gobernador.


  Por supuesto, esta concesión del senado romano permitía que cada nuevo gobernador elevara el valor de las granjas en cuanto tomaba posesion de  su cargo,  subiendo por lo tanto los impuestos.


  En 153 a.c. ,los celtiberos de Segeda ( localidad de Mara,Zaragoza ) decidieron que ya habian sido suficientemente explotados por parte romana, y comenzaron a reconstruir las defensas de su ciudad, lo que era una violación directa de un acuerdo firmado  con el antiguo gobernador Sempronio Graco .

 Ruinas de Segeda.


  Roma envió a Hispania al pretor  Quinto Fulvio Nobilior al mando de 25.000 soldados.Pero las murallas de Segeda aguantaron la embestida, y entre los guerreros belos de Segeda y sus vecinos arévacos de Numancia lograron poner en fuga al ejercito de Nobilior,que dejó sobre el campo de  batalla 10.000 muertos (aunque algunos de ellos habían sido aplastados por los propios elefantes de  Nobilior, regalo del rey numida Masinisa).


  El sucesor de Nobilior, el cónsul Marco Claudio Marcelo decidió tomar una política diferente, y se gano a varias tribus celtiberas con la tactica del palo y la zanahoria,aderezado todo con suculentos sobornos.


  Pero la mayoría de los celtiberos seguían sin tener  ninguna confianza de las intenciones de Roma en Hispania, y muy pronto se reanudaron las escaramuzas, las traiciones, los asesinatos, etc.


  Roma se vio obligada a poner sobre las armas un nuevo ejercito, y lo puso bajo mando del cónsul Lucio  Licinio Lúculo.Pero los celtiberos conocieron la llegada de un potente ejercito romano, y decidieron firmar la paz con Marco Marcelo. Asi, cuando las tropas de Lúculo desembarcaron en Emporion,ya no había guerra entre Roma y los celtiberos.


  Pero Lúculo era el típico comandante romano de la época “ávido de gloria, necesitado de dineros”, según Apiano .Y Lúculo hizo lo que cualquier comandante romano en Hispania; si no había guerra, se provocaba una. Luculo decidio atacar a una tribu que se había mantenido absolutamente neutral en la anterior guerra, los caucaei, y atacó su capital, Cauca (actual Coca, en Segovia, en donde nacería 500 años mas tarde el emperador Teodosio).




Capitulo 51 y siguientes.

 Localizacion de Cauca.


  Tras un par de escaramuzas, los ancianos de la ciudad preguntaron a Lúculo cuales serian los términos para firmar la paz. Lúculo exigió  rehenes, 100 talentos de plata y un nutrido grupo de  caballos.


  Todas las demandas fueron cumplidas, y entonces Lúculo exigió la presencia permanente de una guarnición romana en la ciudad, de unos 20.000 habitanates.Luculo escogió cuidadosamente a 2.000 soldados, y una noche,la guarnicion romana ocupó las murallas y abrió las puertas al resto del ejercito romano. Toda la población masculina de Cauca fue masacrada, y las mujeres y niños pasaron a formar parte del botín de Lúculo.

Cauca aparece en "Asterix en Hispania".


  Nadie en Hispania volvió a creer en las promesas de Lúculo, que empezó a tener serios problemas de aprovisionamiento para sus tropas, ya que granjeros y ciudades escondían sus bienes y riquezas y las partidas de guerrilleros de caballería celtibera rompían constantemente las líneas de aprovisionamiento romanas y los intentos de los forrajeadores por obtener alimentos para los caballos.


  Pero no solo Lúculo tenía serias dificultades en Hispania, otros generales romanos  lo estaban pasando incluso peor en otras zonas de la peninsula.


  Una tribu de fieros montañeses llamados lusitanos, bajó el liderazgo de  Púnico,bajaron de las montañas de lo que hoy es el sur de Portugal y cayeron sobre los romanos,este vez sin provocación previa. Devastaron la zona suroeste de la península ibérica y pusieron en fuga a los pretores Manlio y Calpurnio Pison,matando a mas de 15.000 romanos, entre ellos al cuestor Terencio Varron.


  Tales victorias envalentonaron a los lusitanos, que llegaron a las columnas de Hercules (actual estrecho de Gibraltar ) , construyeron una flota y cruzaron hasta el norte de Africa, saqueando las ciudades romanas de la zona.

 Columnas de Hercules.