Monday, March 19, 2018

Sertorio, rebelde con causa ( 4ª parte)

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 Viene de aquí:


  El mismo tipo de maniobras políticas que habían impedido que Sertorio alcanzara el tribunado siguieron sucediendose, aunque a un nivel superior.


  Mitridates, rey del Ponto,habia sido llevado a la guerra contra Roma por la mala administración y la intensa corrupción  de los administradores romanos de Asia Menor.


  Durante los primeros años de la guerra, Mitridates había demostrado ser un muy competente enemigo de Roma, que se había encontrado paralizada por las revueltas internas e incapaz de enviar refuerzos hacia el este.


  Mitridates fue capaz de expulsar a los romanos de Anatolia y de parte de Grecia.Pero llegó el año 88 a.c., y la victoria de Roma sobre los pueblos latinos le permitió poner sus ojos en el este, y preparar una respuesta contra Mitridates.


  Como era norma en Roma, el mando del ejercito que se iba a enviar  a Asía Menor debía corresponder a uno de los cónsules de aquel año. El elegido por el senado fue Lucio Cornelio Sila, un hombre que tenia gran experiencia militar ya que había combatido en el norte de Africa, contra los cimbrios en el norte de Europa  y en Asía Menor  (había sido propretor en Cililia, y había sido el primer romano que había llegado al Éufrates).

                                                     Lucio Cornelio Sila.

  Pero Cayo Mario, su enemigo declarado, no iba a dejar que Sila se llevara toda la gloria. Durante algunas semanas,Cayo  Mario, de casi 70 años de edad, pudo convencer al tribuno de la plebe, Publio Sulpicio Rufo ,para cambiar de bando, abandonando a los optimates para convertirse en defensor de las tesis de los populares.


 El objetivo final de Cayo Mario era arrebatar a Sila el mando del ejercito consular que iba a partir hacia  Anatolia , para adjudicárselo el mismo.Tras unos cuantos asesinatos  (incluido el hijo del otro cónsul,Quinto Pompeyo Rufo ) y varias revueltas populares, Cayo Mario consiguió su objetivo, y Sila fue relevado del mando del ejército consular.


  Pero Sila tampoco se iba a conformar con la situación. Cuando Mario envió a Capua a sus oficiales a hacerse cargo de las seis legiones que iban a  marchar a Anatolia, los soldados se rebelaron y lapidaron a los oficiles de Mario.

 Anfiteatro de Capua.


  Los dos consules, Sila y Rufo, se pusieron al mando de las tropas, y marcharon sobre Roma. Fue un momento decisivo en la historia de la republica romana, nunca antes un cónsul había dirigido su propio ejercito contra su propia ciudad.Bajo las excusas de “restaurar el orden en la ciudad “y prevenir la intervencion de  bandas de criminales organizadas”, 30.000 legionarios marcharon sobre Roma.


  Mientras ,en Roma,Cayo Mario  había ordenando ejecutar a todos los amigos y familiares que Sila tenía en la ciudad, en venganza por el asesinato de sus propios oficiales en Capua.Mario intentó defender Roma, pero solo tenía de su lado a la población civil, y Sila tomó la ciudad con total facilidad, aparte de una docena de legionarios lesionados por las piedras que lanzaban los ciudadanos desde los tejados.


  Sila comenzó a reorganizar los asuntos de Roma a su completa voluntad.Se restauró a asimismo como general del ejercito consular, ordenó la ejecucion del tribuno Sulpicio Rufo y de todos los que habian trabajado con él, y puso precio a la cabeza de Cayo Mario, que había conseguido escapar de Roma con un considerable número de simpatizantes.


  Seguramente Sertorio pudo salvar la vida gracias a su reciente rechazo de su antigua amistad con Cayo Mario, y no fue una de las victimas de la venganza de Sila.


  Al siguiente año,Sertorio se unió a la faccion de  Lucio Cornelio Cina en su intento de alcanzar el consulado.Ninguno de los cónsules de aquel año 87 eran de la facción optimate de  Sila, que se vio obligado  a exigir un juramente de lealtadlos dos cónsules antes de partir hacia Anatolia.


  Ambos consules, Lucio Cornelio Cina y Cneo Octavio, juraron lealtad a Sila. Muy pronto se  hizo evidente que Cina no tenía ninguna intención de cumplir su juramento.Pero Cneo Octavio pensaba que la mejor manera de mantener la paz social era dejar las cosas como estaban, y presentó ante el Senado una ley para que cualquier seguidor de Cayo Mario no pudiera acceder a los cargos más altos de la administración.Sertorio,como antiguo seguidor de Cayo Mario,se veía seriamente afectado por esa ley, que iba a impedir su progreso político, y sus protestas  y la del cónsul Cina solo consiguieron que ambos fueran expulsados de Roma.


  Sertorio utilizó su reciente fama como excelente administrador para reclutar a antiguos legionarios y colocarlos de nuevo bajo los estandartes de Cayo Mario y Lucio Cornelio Cina.


  No se sabe tampoco mucho del rol que Sertorio llevó a  cabo en el ejercito de Lucio Sina. Sabemos que Cayo Mario regresó del exilio en África y pudo reunir dos legiones formadas mayoritariamente por ex-esclavos y pastores del norte  de Italia.


  Según Plutarco,Sertorio se  opusoadmitir en el ejercito de Lucio Cornelio Cina a las indisciplinadas tropas de Mario:


  “Habiendo regresado Mario del África, y puéstose a las órdenes de Cina, como correspondía lo hiciese un particular respecto de un cónsul, los demás eran de opinión de que convenía recibirle; pero Sertorio se opuso, bien fuera por creer que Cina le atendería menos luego que tuviese cerca de sí a un militar de más nombre, o bien por la dureza de Mario, no fuera que lo echara todo a perder”


  Pero Cayo Mario fue parte fundamentelal del ejercito  de Cina en el ataque final a Roma.Sus seguidores en la ciudad portuaria de Ostia asesinaron a la guarnición y entregaron la ciudad al consul Cina. Por su parte, Sertorio se encargó de la destruccion de todos los puentes  sobre el Tiber, lo que dejaba a la ciudad de Roma totalmente aislada y sin posibilidad de recibir provisiones.

 Ostia.


  Cneo Octavio se vio obligado a negociar la rendicion de  la ciduad.El senado, acobardado por la demostración de violencia de los seguidores de Mario , se plegó a todas las exigencias de Cina, que tomó el control absoluto de Roma.


  Cina anunció publicamente que no deseaba ser la causa de ninguna matanza en la ciudad, pero no puso ninguna objeción cuando sus soldados le entregaron la cabeza de Cneo Octavio,permitiendo que fuera expuesta en el foro.


  El baño de sangre que siguió termino con la vida de miles de seguidores de Sila, la mayoría asesinados por el expeditivo método del degollamiento. Sus asesinos no permitían que los cadáveres fueran retirados de las calles,donde llegaban a permanecer semanas.


  Los asesinos eran los legionarios que Mario había reclutado en el norte  de Italia, pastores y antiguos esclavos, que se dedicaban al saqueo, la violación y el asesinato, a veces bajo ordenes directas de Mario y otras a su propia voluntad, mientras Mario miraba hacia otro lado.


  Sertorio, un militar de carrera, estaba especialmente disgustado con la conducta de los hombres de Mario.Y una noche, mientras los legionarios de Mario acampaban (quizás en el anfiteatro) llevo hasta alli a sus propios legionarios (reclutados en la Galia durante los años en que Sertorio fue cuestor allí) y masacraron a los asesinos.


  “Finalmente, como a los esclavos que tuvo Mario por camaradas en la guerra, y de quienes se valió después como ministros de tiranía, les hubiese dado éste más soltura y poder de lo que convenía, concediéndoles o mandándoles unas cosas, y propasándose ellos a otras con la mayor injusticia, dando muerte a sus amos, solicitando a sus amas y usando de toda violencia con los hijos, no pudo Sertorio llevarlo en paciencia, y hallándose reunidos en un mismo campamento los hizo asaetar a todos, que no bajaban de cuatro mil.”